El sadismo es la conducta en la cual, se busca la autosatisfacción a través del sufrimiento y abuso contra los demás, a través de la creación de situaciones crueles o siendo testigo cuando alguien está pasando por una situación angustiosa. Adicionalmente, es la afirmación de poder hacia una persona como objeto por medio de acciones violentas.

Para Echeburúa (2018), hay dos tipos: el sexual y no sexual, el primero es más conocido y tiene más estudios desde la Psicología, pero el segundo conlleva pautas que se convierten prioritarias al castigar excesivamente, humillar, juzgar, deseo de infligir dolor y causar terror con el único fin de relacionar el placer propio con el padecimiento o miedo ajeno, las motivaciones surgen por la necesidad de afirmar su posición de poder, dominar o controlar a otros por causas como: la ira, odio, venganza, etc.

En el caso de las empresas puede ser “Una repetición de una escena traumática donde el que violenta fue víctima, tuvo una escuela dentro de la organización donde le dijeron que ese tipo de liderazgo destructivo era el mejor para forjar su carácter, forma de trabajar y que sufriendo se llega lejos”, explicando su accionar desde una connotación moral “Si yo soporté porque los otros no lo pueden hacer”, justificando y manipulando la intención, causa y consecuencia del daño que está generando. Es importante indicar que dentro del análisis de un caso de la Psicología Jurídica forense, no hay una causa general, debido a que hay que considerar varias variables de como se ha ido presentando este tipo de situaciones, tomando en consideración a la persona y su contexto.

El estudio del sadismo desde la perspectiva de la Psicología Jurídica, tiene implicaciones clínicas, debido a que el análisis de este tipo de perfiles psicopatológicos puede contribuir al entendimiento de la conducta antisocial para identificar la presencia de un rasgo o trastorno, por lo que se convierte en una hipótesis que va a ser corroborada o falseada con la triangulación de los resultados obtenidos de la metodología utilizada.

El profesor Paulhus, D. L es un investigador que estudia e investiga la Psicología de la personalidad y establece en dos escalas las tendencias sádicas:

Sadismo vicario: disfruta viendo la humillación, dolor y sufrimiento de otros de manera física o moral, pero no es el que ejecuta este tipo de acciones, su conducta se resume en: “Se alegra de la desgracia ajena”

Ejemplo: un empleado que exagera información sobre una situación de trabajo, con el propósito que el jefe regañe en público a otro compañero, sintiendo satisfacción y riéndose de lo que está pasando, teniendo como justificación que la víctima lo merece.

Sadismo directo: trato cruel, tendencia a la agresión para humillar a otros, restringiendo su libertad con el propósito de dominarlos.

Un jefe autoritario que humilla a sus colaboradores diciéndoles palabras como “no sirves” “gracias a mí tienes trabajo”, “eres mi esclavo”, espera que no crezcan dentro de la organización y cuando les pasa cosas buenas en el aspecto laboral o profesional, no se alegran y tratan de alguna manera opacar esa sensación de bienestar,  es alguien que grita con frecuencia,  buscan pretextos para decir que el trabajo no está bien hecho, haciendo  creer a la víctima que es mediocre y que sin él no puede hacer nada, creyéndose indispensable.